sábado, 11 de junio de 2016

La ex levantadora de pesas Wanda Rijo ahora es cristiana y ya tiene tres hijas



Wanda Rijo, que hizo tantos movimientos para ser campeona mundial de pesas y romper records mundiales, incluyendo los 110 kilos en arranque que aún mantiene, optó por el giro a su vida al punto que en sus primeros 25 años sintió que no tenía vida hasta que conoció de Dios.


Con belleza, talento, oportunidades, una profesión, fama, salud y juventud, ella decidió atender un llamado interno que la ha llevado a ser esposa, madre y desde hace tres años pastora de la iglesia que ha cambiado su vida.
El orgullo dominicano que tan solo en los Juegos Centroamericanos de Maracaibo, México en 1998 trajo tres medallas de oro al país, ganó ahora tres de diamante; Dios, su esposo y sus 3 hijas; al señalar que si volviera a nacer, sería pesista cristiana, entregada a la causa de Dios.
Con una férrea disciplina de levantarse temprano, entrenar, descansar, estudiar y volver a entrenar durante años, esta petromacorisana reconoce que cuando se es atleta de alto nivel, se es dominicana comprometida en poner en alto el nombre de su país.
Nacida detrás del estadio Tetelo Vargas, en el barrio Restauración, su padre Juan Rijo, maestro constructor, y su madre Urbia Contreras, operaria de zona franca, se separaron  cuando tenía solo dos años, por lo que la cuarta del matrimonio de ocho hermanos, se crió entre tías y parientes de su padre.
“Mis hijas son el tesoro más grande que Dios me ha dado”
A partir de los 12 años, fue definiendo su vocación por los deportes, destacándose en la escuela donde practicaba el voleibol y el básquet que la llevaron al complejo deportivo.
Para lograr músculos sanos en el voleibol, iba al gimnasio, hacia pesas y abdominales, entrenada por Héctor Domínguez, con quien se mantuvo todo el tiempo y quien descubrió sus condiciones para las pesas.
Ya en la selección, recuerda a los también entrenadores Manuel López y al extinto Félix Ogando (Gallego). Su primera competencia local la ganó en San Pedro de Macorís en 1993, logrando luego una destacada participación en los Juegos Nacionales de Mao, Valverde en 1997, donde gano tres preseas doradas.
Desde 1993 hasta el 2006, cuando se retiro, la trayectoria de Wanda Rijo fue extraordinaria como atleta, reconocida nacional e internacionalmente, sobresaliendo como figura admirada y aclamada.
Felipe --El Jay-- Payano tiene rol protagónico por el apoyo emocional y económico que le dio a Wanda, desde el PARNI. Fue su consejero, amigo y quien la inscribía en las competencias, además de ser su padrino de graduación en la UNPHU de Licenciada en Contabilidad y de sus bodas con Argelis Rodríguez Álvarez, su esposo.

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