jueves, 19 de julio de 2007

TODO UN HOMBRE

Por MILCIADES PICHARDO Editor Cotui Digital Ella estaba en cuatro, como una perra en fuga. El amante la tenia asida por las caderas llevándola una y otra vez hacia él. Gritos, susurros, halles supiros, era la música que llenaba la habitación. En una esquina, una lámpara de luz blanca bañaba el espacio, a los pies de esta, la foto de boda con el marido mirando inquisidoramente la mujer en el colmo del gozo. El marido llego. Discreto. Cansado, habatido, harto de trabajar para mantener dos muchachos que ni siquiera eran suyo (penso). Subió, escuchó los ruidos, los gritos, y de manera instintiva se llevó la mano al cinto. Sacó la pistola movió la cortina discretamente y apuntó a la cabeza de ella. La vió preciosa; con los ojos cerrados y el rostro rojo de la emoción. Sonreída. No pudo disparar. Apuntó al hombre. El de rodillas, amarrado a su cintura, bailando una música loca, con toda su humanidad dentro de aquella mujer hecha de deseo. Los ojos cerrados, la boca abierta, gritando palabrotas, feliz y sin permiso. El marido no pudo disparar. No podía matar a quienes lograban ser todo lo feliz que el no era, a quienes podía vivir en un instante lo que el no había logrado en una década. Enfundó de nuevo, bajó al patio y disparó siete tiros a la piscina, en el mismo momento en que los amantes se fundían en un profundo orgasmo y se mezclaban para siempre en la vida.

3 comentarios:

peter dijo...

bien hecho por ese señor,eso es lo que tiene que hacer todo hombre que le toque vivir esa situacion,porque todos tenemos que tener bien claro que nadie se muere moton,jajajajajaja

mariann dijo...

PETER RECUERDA QUE AHY EXCECIONES.

peter dijo...

si,mariann eso es cierto toda regla tiene su excepcion,pero recuerda que hay que llegar alla arriba para saber si uno se gano la corona jajajajajaajaja,por otro lado ya te escribi hazme saber si lo recibiste.