martes, 24 de julio de 2007

¿Qué quieres y cómo lo pides?

Las diferencias entre hombre y mujeres.
Somos diferentes física, sicológica, emocional y temperamentalmente. Desde pequeños tenemos diferentes intereses y actitudes. Por ejemplo: entrégale dos muñecas a una niña y seguramente las peinará, vestirá y finalmente las pondrá a dormir luego de darles el besito de las buenas noches.
Sin embargo, regálale dos muñecos a un varoncito y los pondrá a pelear o los usará como proyectiles. ¿Cómo agua y aceite? Es evidente que nuestras necesidades son diferentes. Por eso, no es sorprendente que seamos tan diferentes sexualmente.
Nosotras, opuesto a ellos, podemos sentir un gran éxtasis con tan solo abrazarnos y acurrucarnos tiernamente con nuestra pareja, mientras que un hombre depende del acto sexual para sentirse realmente satisfecho.
Quizás, te has preguntado: ¿Porqué los hombres necesitan tanto el sexo? Cabe aclarar que no estoy insinuando que las mujeres no lo desean, pero todavía no he conocido a una dama que no quisiera que su marido fuera más romántico y menos sexual, y tampoco he conocido a un caballero que no desee que su mujer sea más erótica y menos sentimental.
Nosotras tendemos a percibir el deseo sexual de los varones como una satisfacción estrictamente física. Sin embargo, me sorprendí al descubrir que un estudio demostró que el 97% de los hombres dice que tener sexo no es suficiente, sino que lo que es aún más importante es sentirse apetecido por su pareja. O sea, cuando una mujer tiene sexo sencillamente por cumplir, pero lo hace sin interés o deseo, esto hace al hombre sentirse vacío.
Para ellos lo primordial en una relación es sentirse codiciados y respetados, para una dama lo más importante es la comunicación. El sexo para los caballeros es lo que la comunicación verbal es para nosotras. Por eso, el dolor que nosotras sentimos cuando nuestra pareja deja de hablarnos y nos ignora se compara con el sentimiento que ellos experimentan cuando le negamos la intimidad.
Entonces, cuando un hombre desea hacer el amor y le dices: “Me duele la cabeza”, “estoy cansada”, “no tengo ganas”, le hieres su frágil ego y destruyes su auto estima. Según los sicólogos, si la vida sexual de un hombre no es saludable, entonces se siente inseguro y mal consigo mismo. Si percibes el deseo sexual de un hombre como algo sencillamente físico, entonces vas a sentirte usada, poco querida y desinteresada en hacer el amor. Pero si concibes que no es únicamente placer físico lo que él busca, sino que realmente lo que quiere es sentirse amado y deseado, te das cuenta que el corazón masculino es más tierno de lo que pensabas. Aunque somos extremadamente diferentes, ambos queremos lo mismo, lo único es que lo pedimos de una forma diferente.
Colaboracion de Jianna Peralta
Fuente Maria Marin.

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