El traje de Baño, esta famosísima prenda veraniega ha evolucionado de la mano de los textiles y, por supuesto, de los tiempos. Todo comenzó en el siglo XIX, cuando los europeos concurrían a las playas a tomar baños de mar y sol, "recomendados" por sus médicos, ya que tomar baños de mar y de sol era remedio a enfermedades como la meningitis, la depresión e, incluso, para los "males del amor".
Esto se hizo posible gracias al desarrollo del ferrocarril, pues era más fácil para la gente transportarse a playas y balnearios.
El bañador del año 1930 mojado pesaba ¡más de tres kilos!...
A partir de 1880 se comenzó a usar la llamada "máquina de baño", un artefacto que se deslizaba con la bañista dentro hacia el interior del mar mediante una rampa. Dentro de aquel "cajón rodante" se vestían y desvestían los bañistas. Sin embargo, había un pequeño detalle: el contacto con el mar lo hacían ¡completamente vestidos!. Inmediatamente surgió la necesidad de crear una prenda que hiciera más cómodo ese momento de entretención y sanación. 
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