miércoles, 4 de julio de 2007

LOS SULFUROS DE PUEBLO VIEJO: PROYECTO MINERO Y AMBIENTAL

POR FRANK SANCHEZ Especial para Cotui Digital La explotación de los sulfuros de Pueblo Viejo, o mina de oro de Cotuí, ha sido uno de los temas de mayor debate en los últimos 20 años. Es de suponerse entonces que el “radiobembismo” impulsado desde las tribunas callejeras donde hacen galas los mejores exponentes del tremendismo, fatalismo y del morbo, haya promovido todo tipo de conjeturas, muchas veces con poco fundamento. “Si explotan la mina nos va a llevar el diablo” han llegado a afirmar algunos. Me recordó un compañero de trabajo y colega, que “una mentira sostenida en sus extremos por dos verdades pasa por verdad”, sobre todo cuando quienes pueden enriquecer el debate le dejan el camino libre a los “radiobembadifusores”. Con relación a la explotación de la mina, le explicaba a mi amigo, que además de ser éste un proyecto minero es un trascendental proyecto ambiental y luego de explicarle mis razones me pidió que hiciera pública mis palabras, como contraparte de las voces que en las esquinas auguran un desastre ecológico mayor si se explota la mina. Pues bien, la mina de oro en cuestión es un yacimiento de sulfuros, o sea, minerales que contienen azufre asociado a elementos químicos como hierro, plata, arsénico, oro y otros. Los sulfuros tienen la propiedad de reaccionar fácilmente con el aire y la humedad produciendo óxido de sulfuro, que al evaporarse reacciona con el hidrógeno en las nubes y produce ácido sulfúrico. Éste se precipita con la lluvia y al escurrirse por el yacimiento arranca del mineral metales pesados como hierro, zinc y otros, los cuales son transportados junto al óxido de hierro en las corrientes de agua que manan hacia arroyos y ríos, con altos niveles de acidez, contaminando recursos hídricos y suelos. Pero además se produce un ciclo permanente en el cual con el paso del tiempo la lluvia va tornándose cada vez más ácida. Ese yacimiento minero ha estado impactando en el ambiente desde siempre, desde antes de la explotación de los óxidos, o sea, antes del 1975. Vasta recordar la poza del arroyo Colorao, en las cercanías de la mina, el fuerte olor a azufre y el tono rojizo de sus aguas cuando llovía. Esto es consecuencia del fenómeno que acabamos de explicar, o sea, consecuencia del escurrimiento de las aguas lluvias hasta el sub suelo, su contacto con los sulfuros y las reacciones químicas que se producen al poseer la zona semejante características mineralógicas. El autor es Ingeniero Civil, Decano de Planificación y Desarrollo del ITECO franc_sanchez_7@hotmail.com

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