Felipe Polanco llegó al país el pasado 17 de este mes, convencido del cariño que el pueblo dominicano le tiene. Es una de las cosas buenas que ha experimentado en medio de esta situación que le dio un gran susto y que lo hizo pensar en su familia y, sobre todo, que lo movió a pedirle al Dios que ya conoce y que ha entregado su vida lo siguiente: “Si tú quieres mejor llévame, pero no me dejes un inútil”. Sin embargo, responde con esa humildad que ha descubierto luego de su contacto con el Señor; “aunque uno hace lo que Él disponga”.
Aún cuando su ojo izquierdo y su boca, se encuentran en una especie de parálisis que le imposibilita hasta hablar bien
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