Por Eduardo Rosario.
“Llegaron las piñas, a sólo 20 pesitos, evitan la trombosis, levantan la defensa curan el dengue y le mantienen los riñones”.
Son las palabras que Johny Santos utiliza para convencer a los pasajeros de la ruta Cotuí-Santo Domingo de que sus piñas son dulces y frescas.
Johny es un padre de dos hijos, que vendiéndole piñas picaditas en funditas plásticas a los cotuisanos que viajan a Santo Domingo y viceversa se gana el sustento de su familia. Con una sonrisa contagiosa aborda los autobuses e invita a los pasajeros a probar sus piñas sin temor, porque si una sale agria le devuelve su dinero.
Con la venta de las frutas Johny puede ganarse hasta mil pesos en un día, pero recuerda con pesar que antes del derrumbe del puente sobre el río Camú ahorraba mil pesos diario.
“Ahora lo que me gano me alcanza para mantener mi casa, pero después que se cayó ese puente ya no pasan las guaguas que viajan a Nagua, lo que me impide el ahorro”.
Ya sin su sonrisa acostumbrada, Johny oriundo de Sambrana aprovechó a Cotuí Digital para reclamar al gobierno la construcción del puente sobre el río Camú y para contarnos que el 31 de diciembre del 2006 fue victima de unos delincuentes que lo despojaron de seiscientos pesos apunta de pistola.
Cuando se prestaba a dar los detalles del asalto recobró su sonrisa, se despidió y bajó de la guagua con su lata de piñas. El autobús retomó la marcha y Johny se quedó debajo de una árbol esperando el próximo autobús.
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