domingo, 25 de febrero de 2007

UN POEMA A MELIDA GARCIA

A Mélida GarciaLas palmas y el oro de este puebloson para ti, Mélida,porque uno no se marcha en el poemacuando lo desgarra la muerte, no:uno se queda ungido al olorde la metáfora que revienta como espiga maduray lo embadurna todo con el color de la naranja;el pan y las garzas de este puebloson para ti, Mélida,no en la tarja que te guardani en la cruz que te abraza con su no querer vivir,si no en la metafísica de la esperanza,la misma esperanza que le sobrevivió al sulfuroy a las mañas,esa que se quedó a solas contigo en la oscuridady te prestó su calma;la Cofradía, la Guácara y las comparsastambién son para ti,te las damos los borrachos de espantosal ver el cuchillo del dolopresionado contra nuestras gargantas;la presa es tuya,el Parque Duarte es tuyo,el Flamboyán es tuyo,el río, la noche, la Zafra: tuyos,y hasta las espuelas del galloen la circularidad y el ron de la gallera son tuyos,tuyo el pez, el cura, la viuda, el jornalero,la cáscara del conuco reventado por la semilla nocturnadel amor: tuya,el paisaje reflejado en los ojos de un perro enamorado: tuyo…mas no es tuyo el silencio de la palabra ajenaque en la mudez de la abundanciase olvida que el prójimo sangra;las palmas y el oro de este pueblo,el pan y las garzas,la Cofradía, la Guácara y las comparsas:todo cupo en tu lengua de ciguapa mágica,todo atado en el poema, Mélida,como sólo tus dedos zurcieron la nostalgia.

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