Cuando
viajas, casi todos los hoteles te dan opciones de jabón: pastilla o líquido. En
algunos casos te dan pastillas pequeñas y en otros de las grandes, pero
independiente de lo que te toque hay algo que es seguro y es que nunca conseguirás
acabar la pastilla del jabón mientras estés en el hotel.
Obviamente,
como es algo que se usa de forma muy personal, cuando dejas el hotel la gente
encargada de la limpieza los tiran a la basura, algo que genera un desecho de,
según lo que estimamos, miles de millones de jabones desperdiciados.
Fue así que
un hombre llegó a la conclusión de que tanto desperdicio debía de servir para
algo. Eso es lo que cuentan La Voz del Muro, donde presentan la historia de
Shawn Seipler y su fundación Clean the World, la cual busca aprovechar los
productos cosméticos o de limpieza de estos hoteles para, sin ningún ánimo de
lucro, ayudar a quienes más lo necesitan.
Su idea
nació después de alojarse en un hotel cinco estrellas donde, al consultar qué
pasaba con las pastillas de jabón, le dijeron que por política del recinto todo
era tirado a la basura. Eso impactó mucho a Seipler, quien vio el duro
contraste entre este desperdicio y la vida de millones de personas que no
tienen acceso a jabón o productos similares para asearse cada día.
Fue así que
decidió informarse sobre posibles formas de limpiar, higienizar y reutilizar
este jabón que era tirado por los hoteles. Su investigación tuvo frutos y en
2009 creó su fundación Clean the World, que ha ayudado a países de escasos
recursos donde la mortalidad infantil debido al contagio de enfermedades o
diarrea se ha visto reducida con su aporte. Realmente una medida de higiene tan
simple como esta hace una gran diferencia.
De a poco
las cosas han ido mejorando para este emprendedor, y actualmente los hoteles no
sólo donan sus pastillas de jabón, sino que además le donan medio dólar anual
por cada habitación que tengan en su cadena de hoteles. Eso le ha permitido a
Seipler obtener más recursos y contratar más personas que lo ayuden a seguir
con el proyecto.
Sólo en 2016
lograron rehacer siete millones de pastillas de jabón de un tamaño mediano y
entregar 400.000 kits de higiene. Sin embargo, tal como aclara este hombre, aún
queda mucho por hacer:
“Una de cada cuatro muertes de los 16.000
menores de cinco años que mueren en el mundo cada año se debe a enfermedades
como la diarrea o la neumonía, que se transmiten fácilmente si la higiene no es
adecuada. Eso significa que cada 15 segundos muere un niño en el mundo por no
tener los productos necesarios para el aseo diario… aún nos queda mucho trabajo
por hacer”.
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