Tantas cosas suceden en la vida, deseamos algo ardientemente pero no se nos da; un trabajo, un amor o una gran oportunidad que no podemos conseguir. En ese momento nos sentimos desilusionados o frustrados. Sin embargo, más tarde aparece algo mejor y nos damos cuenta que, lo que tanto queríamos, no era lo que más nos convenía.
Lo que está para ti, no llega en el momento que tú lo quieres, que tú lo decides o que tú lo pides, más bien llega cuando te conviene. Todo en esta vida tiene un orden divino, las cosas suceden en el momento preciso, no antes ni después.
Si hay algo que deseas y aún no llega es porque todavía no estás preparado para recibirlo o sencillamente no es bueno para ti. Ten calma y no te desanimes. Dios conoce tu situación, Él sabe exactamente lo que necesitas y te va a llegar en el momento apropiado.
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