
Por eso me despojo de toda limitación, o conversación personal, para resaltar hoy a Jordany Pichardo (El Toro Joco) el más pequeño de mis hermanos varones, el octavo hijo de Altgracia Guzmán (Nía) y Ulises Pichardo (Metralla). Yordani Pichardo está vivo, gracias a Dios en salud y gozando del inmenso placer de estar junto a su familia, Su esposa, sus tres hijas y su hijo y además un nieto que recién le acaba de de nacer.
Para desarrollar mi ejercicio periodístico, tengo que despojarme cada día
de envidias, egoísmos y pequeñas mediocridades que cada ser humano tiene dentro
y que solo afloran cuando tienes que reconocer el valor de los demás.
Por eso puedo escribir, destacar, revelar y resaltar lo mejor de cada ser
humano que cruza a mi paso en el Cotui de mis amores, en el Sánchez Ramírez que
corre a diario por mi sangre.
Pero como casi todos, buscamos hablar bien y resaltar las cualidades que
percibimos de gente que casi nunca conocemos a fondo y dejamos de lado a
personas que conocemos, que amamos, que están cerca de nosotros y que son
nuestra familia.
Por eso me despojo de toda limitación, o conversación personal, para resaltar hoy a Jordany Pichardo (El Toro
Joco) el más pequeño de mis hermanos varones, el octavo hijo de Altgracia Guzmán
(Nía) y Ulises Pichardo (Metralla).
Yordani Pichardo está vivo, gracias a Dios en salud y gozando del inmenso
placer de estar junto a su familia, Su esposa, sus tres hijas y su hijo y además
un nieto que recién le acaba de de nacer.
Digo que está VIVO, porque solo acostumbramos a resaltar las cualidades
maravillosas de gente cuando mueren.
Jordany tiene más de diez años trabajando en el departamento de
operaciones de Barrick Gold, y verlo uniformado, dejando detrás cumpleaños, Cenas
de Navidad, compartires familiares y en ocasiones hijos enfermos para ir a
cumplir con su deber (amaneciendo) me llena de orgullo porque eso hacen los hombres
de trabajo.
Su nivel de solidaridad, es encomiable. Ello le ha granjeado una colección
de amigos, compañeros de trabajo que se creen sus hermanos y gente que solo con
saludarle pasan a formar parte de su vida, porque su risa empática, su
amabilidad proverbial y el buen humor que Dios puso en su alma le abren,
puertas, manos y corazones a su paso.
Escribo este texto porque estamos en tiempo de pandemia y no se sabe cuántos
de nosotros podremos estar para darnos el abrazo de año nuevo el próximo 31 de
diciembre.
De manera que te invito a que hoy comiences a destacar a reconocer, o
promover la vida y la obra de gente buena y maravillosa que hay en tu familia,
en tu trabajo, en tu barrio, en tu pueblo, en tu entorno; no deje para mañana y
veras la diferencia entre reconocer un vivo de un muerto.
Encontrar lo mejor de cada quien para compartirlo con el mundo es un ejercicio
poderoso, que te ayudará a liberarte de miedos, egoísmos, envidias y taras
mentales que crees que no tienes, pero que están profundamente arraigadas en tu
ser y solo reconociendo lo bueno, lo positivo de otros seres humanos, podrás
libertarte de ellos.
NOTA
La
motivación principal para este artículo fue la enorme cantidad de expresiones
de reconocimientos a Juan Alcides Acosta (Julian La Salsa), fallecido inesperadamente. En su más de 40
años de ejercicio Julián no escuchó ni el 5 por ciento de las frases que
resaltaban su calidad humana, profesional y de servicio. Resaltarlas ahora es
importante, pero estoy seguro que él las hubiera disfrutado en grande
Milciades Pichardo/CotuiDigital
Feliz jueves
No hay comentarios:
Publicar un comentario