Este mes de
julio, estoy celebrando mis primeros 50 años. Y no se me ocurre más que decir
como los fanáticos religiosos que he sido feliz, bendecido y prosperado.
Tengo un
inventario de lo más completo que me gustaría compartir con ustedes. Llego a mi
medio siglo sin haber estado una sola noche de mi vida interno y no recuerdo
que me hayan puesto un suero, ni siquiera vitaminado.
Ninguno de
mis huesos se ha roto y mi piel no tiene puntos de sutura en ningún lugar, cero
alergias y todos los días de mi vida he tenido al menos ocho risas de cada diez momentos. Estoy
completito y de ser no ser por una mala dentadura heredada también tuviera
todos mis dientes, pero estos no han tenido tanta suerte.
Llego a esta
parte de mi vida, con mis dos padres vivos, mis ocho hermanos y media hermana
gozando de buena salud y mis tres hijas y esposa compartiendo conmigo el mismo
amor que hemos compartido desde nuestra primera juventud.
No tengo
riquezas. Nunca les he tenido, pero he vivido de manera tan intensa y he estado
en tantos países que son pocos los autoproclamados millonarios que pueden
competir conmigo en amaneceres lejanos y felices.
Miro al
cielo y doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de convertirme en
una mejor versión de mí mismo.
Hoy me he
perdonado, me acepto, me amo y soy tan feliz que siento que a mí solo me
ocurren cosas buenas.
Gracias a
todos y todas, los que han contribuido a mi vida aunque sea con un saludo, se
los agradezco.
Si aún no tienes
50 o si ya los cumpliste, te puedo compartir brevemente el secreto de la
felicidad.
No tengo odios,
no tengo rencores, no tengo envidia, no tengo ni practico la maldad y estoy concentrado
en mi familia, ahí está la verdadera fortaleza y en ella siempre
encontraremos un tesoro.
Finalmente…Nos
vemos en los próximos. No me fallen.
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