Vivimos una época en que se hace necesaria ‟Observar la atención”. En otros tiempos era frecuente ver la facilidad con la que nos interesábamos por compartir con nuestros más allegados; al visitar a algún amigo no costaba ningún esfuerzo conectar las miradas y establecer una amena conversación, que sin valorar el tiempo se extendía más de lo esperado.
Actualmente y gracias a la exagerada intervención de la tecnología, cuando visitamos a alguien prestamos mayor atención a nuestros celulares, Ipads o cualquier dispositivo electrónico que manipulemos, que a quienes tenemos en frente.
Prestar atención a nuestro entorno, establecer relaciones y dar continuidad a las manifestaciones afectivas de las mismas es cada vez más complejo, al dedicarle mayor cantidad de tiempo a la tecnología y valga la redundancia, al fenómeno de las redes sociales, nos estamos convirtiendo en seres autómatas; incapaces de demostrar nuestro afecto de manera real, pero adictos y desbordados hacia la atención virtual.
No se trata de dejar de realizar ciertas actividades de índole social a través de las redes, ni mucho de alejarnos del todo de las mismas, se trata de que ‟observemos la atención” que estamos dando a quienes nos precisan de manera física, todo tiene un tiempo y un espacio; se puede equilibrar la balanza y valorar el tiempo de quienes nos procuran, porque le estamos dando lo más importante; nuestra atención y no sabemos en qué momento no podamos volver a hacerlo.
Por Cristina Villoria
Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario