UN ASIENTO
RESERVADO
Aquella vocecita de muñeca y la grandeza de su ternura
fueron abrigo en muchas noches de
estudiante.
Aparecía de
la nada y se metía en la cama de mi pensión estudiantil, donde nadie la había llamado ni la estaba
esperando. Pero de día, de noche y hasta
algunas madrugadas, llegaba y su presencia era buena para repagilar tristezas, soledades e insomnios.
La vida
tiene esa virtud de pasar muy rápido ante mis ojos y aun no me explico en qué
momento la suma de nuestros cuerpos se volvió multiplicación y un año después aquella
mezcla de amor, deseo y necesidades compartidas tenía su propio rostro.
Pero fue así
y aunque juntos hicimos al menos una maravilla , cuando llego su parada se
levanto menuda y cantarina como siempre y echándome un beso desde su mano pequeñita
salió de mi vida para siempre.
Nunca regreso,
por una razón u otra no volvió
más por esta ruta que le llenó la existencia de alegría , pero contrario a
otras, ésta dejó su asiento reservado…para
siempre.
Milciades/2013
(Colección Corazon de autobús)
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