Un dia Sor Cecilia decidio que su vida seria dedicada a cuidar. A dar hasta que duela como dijo la Madre Teresa de Calcuta. Y un buen viento la trajo hasta Cotui. Acogio, con el amor que la luna llena le tiene a las noches oscuras, la encomienda que la vida puso en sus manos. Hoy 32 almas, reposan bajo su amparo. Y aunque los 23 mil pesos que El Gobierno Dominicano tiene como asignacion para toooooodo el asilo apenas da para comenzar; Ella sigue, ella continua, sin queja, sin llantos, mirando cada dia con mas firmeza el cielo, como preguntandole: Hasta cuando, señor, Hasta cuando vamos a vivir de la caridad publica, sin que ninguna autoridad se case co la gloria y disponga una hora de su tiempo a asegurarle una estadia menos azarosa, en sus ultimos dias a estos hombres y mujeres cotuisanos, que por multiples razones estan aqui y no al amparo de los suyos.
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